Los Inicios de Kalamudia en el Activismo Cannábico
El movimiento cannábico en el País Vasco tuvo sus orígenes en los años 90, liderado por Kalamudia. Según David Merino, la asociación comenzó con solo 30 o 40 activistas, pero en pocos meses logró el apoyo de figuras culturales y políticas. Este pequeño grupo marcó el inicio de una revolución social en la región, centrada en la lucha por la legalización del cannabis y el derecho al autocultivo.
La Campaña “Contra la Prohibición, Me Planto”
Desde su creación, Kalamudia se unió a la campaña “Contra la Prohibición, Me Planto” en 1997, como destacó la Revista Cáñamo en su primera edición. Esta iniciativa buscaba despenalizar el autocultivo de cannabis y abrir un debate público sobre las leyes de sustancias psicoactivas.
La campaña incluyó acciones de desobediencia civil, como una plantación pública con 180 cultivadores en un campo de 1500 m² en Vizcaya. A pesar de las denuncias, el juzgado archivó el caso y permitió la cosecha en septiembre de 1997, marcando un precedente en la historia del activismo cannábico.
La cultura cannábica en España 1991-2007 Tesis Doctoral de Isidro Marín
El Papel de Holanda en la Cultura Cannábica en Euskadi
En los años 90, el acceso a semillas de cannabis era limitado en Euskadi. Muchos cultivadores viajaron a Holanda, atraídos por los coffeshops y los bancos de semillas. Estas semillas permitieron crear variedades y clones que formaron la base de una cultura de consumo de cannabis de calidad.
Esta nueva situación impulsó la aparición de comunidades de cultivadores, reuniones privadas y las primeras growshops, como Kalamundua en Bizkaia. Estas tiendas se convirtieron en centros de conocimiento sobre el cultivo de cannabis, fomentando el consumo responsable y la autosuficiencia.
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DAVID MERINO: “ La asociación Kalamudia parte de la plataforma Bizitzeko que era por la legalización de todas las drogas, luego, cuando se ve que el cannabis es una droga con una situación diferente y más apoyo social, se forma la propia Kalamudia. Allí estuvimos trabajando en muchas todo tipo de actividades como copas o charlas. Fue entonces cuando empezamos con los cultivos colectivos y a autoinculparnos todos que es la base de los actuales clubs.” – declarado en : Soft Secrets nº 6 de 2012
La evolución del autocultivo de cannabis en Euskadi
En los años 90, Euskadi estaba lejos de tener una cultura desarrollada en torno al consumo de flores de cannabis. El acceso a semillas era limitado y los growshops aún no existían. Sin embargo, esta situación comenzó a cambiar cuando algunos cultivadores decidieron viajar a Holanda, atraídos por los coffeeshops y los bancos de semillas.
De estos viajes, trajeron semillas que permitieron cultivar variedades y clones de alta calidad. Con ellas, los cultivadores vascos comenzaron a producir cannabis propio, apostando por flores curadas que ofrecían un producto de calidad superior sin depender de redes ilícitas.
El auge de comunidades y growshops
Este cambio generó una nueva cultura de consumo en Euskadi, centrada en la calidad y la autosuficiencia. Surgieron las primeras comunidades de cultivadores y eventos como las catas de cannabis en espacios privados.
Estas comunidades se convirtieron en el caldo de cultivo para que cultivadores experimentados abrieran las primeras growshops. Entre ellas, destaca Kalamundua, en Bizkaia, considerada un referente y un verdadero templo del conocimiento sobre el cannabis underground.
IKER VAL (Las sendas de la regulación del cannabis en España edicions Bellaterra).
Kalamudia y la Base de los Clubes de Cannabis
Kalamudia también promovió los cultivos colectivos y las autoinculpaciones, sentando las bases para los actuales clubes de cannabis. Como mencionó David Merino:
«La asociación trabajó en actividades como charlas y copas, creando espacios seguros para cultivadores y consumidores.»